Ruidos en el coche
Es imprescindible contrastar los ruidos más comunes en el coche y
localizar su origen para dar con la solución y evitar posibles
accidentes o averías graves
Cada vehículo tiene sus propios ruidos. Lo más importante es
localizarlos y detectar si tienen origen en una avería grave o si
están motivados por el propio desgaste del coche. En el primer caso,
la visita al taller será casi obligada, salvo que se tengan
conocimientos precisos de mecánica. En el segundo caso, hay que
determinar el nivel de ruido y si se produce siempre en las mismas
circunstancias, por ejemplo, con el automóvil parado o en marcha. Los
ruidos más preocupantes suelen ser los que proceden del motor y que, a
veces, llegan a través de vibraciones en la carrocería. El estado de
la vía, la humedad, el calor, la lluvia y de los neumáticos son otras
causas generadoras de sonidos extraños.
Febrero 2007
Azucena García
Primer paso: localizar el ruido
Los coches suenan. Con el paso del tiempo, los vehículos, como las
personas, se hacen mayores y sufren "achaques". Lo importante es
determinar si esos ruidos, en forma de pitido, chirrío o zumbido,
alertan de una avería grave o se deben al simple desgaste del
automóvil. Carlos Navarro, de la Fundación EDEA (Escuela de Enseñanzas
de Automoción) asegura que incluso un vehículo nuevo "puede presentar
una serie de ruidos característicos en función del tipo y modelo",
pero advierte de que estos ruidos deben ser "normales y no llegar a
molestar". "Por el contrario, otros ruidos pueden aparecer conforme el
vehículo va sufriendo el desgaste lógico. Estos ruidos que van
apareciendo con el uso podrían ser más importantes, por lo que, lo más
inteligente, sería visitar el taller para consultar con un técnico",
aconseja. Todos los ruidos, presentes en el coche desde el principio o
no, han de estar debidamente identificados y diagnosticados por un
profesional, que será quien determine el grado de importancia de la
anomalía.
El primer paso es la localización del ruido. Según Navarro, "en la
mayoría de los casos, el usuario del vehículo puede determinar la
procedencia del ruido y en qué circunstancia se produce, aunque éste
no tenga conocimientos técnicos de su automóvil. Para ello, hay que
ser un buen observador y seguir una serie de pautas". Hay ruidos que
se producen con el vehículo y el motor parados, otros con el coche en
marcha, los hay que se presentan al accionar alguna puerta, el
maletero o el salpicadero, al sentarse en los asientos, procedentes
del interior, de la suspensión... Un buen truco es dividir mentalmente
el vehículo en cuatro partes e inspeccionar si el sonido procede de la
parte delantera, trasera, de la izquierda o de la derecha.
Un buen truco es dividir mentalmente el vehículo en cuatro partes
e inspeccionar si el sonido procede de la parte delantera, trasera, de
la izquierda o de la derecha
Si la prueba se hace con el motor en funcionamiento, hay que fijarse
si el ruido aparece al acelerar, con una marcha constante o en el
momento en el que se pisa el freno.
Es imprescindible contrastar esos ruidos y determinar que se producen
en las mismas condiciones, es decir, siempre que se sube una pendiente
o siempre que se baja, cuando la temperatura ambiental es alta o
cuando es baja, en función de si el coche va cargado o si viaja más
ligero. Hay muchas posibilidades. Una vez localizada la zona de
origen, el siguiente paso es encontrar el punto exacto: motor, frenos,
bajos, chasis, sistema de escape, sistema de dirección, interior del
coche o exterior. Según la procedencia, las causas y las soluciones
varían. Por ello, si no se tienen conocimientos de mecánica, hay que
acudir a un profesional para que realice un diagnóstico técnico. Según
datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 5% de
los conductores asegura ser su propio mecánico, una circunstancia en
la que no sólo se puede poner buena voluntad, sino también
conocimientos.
Posibles averías y soluciones
El nivel del ruido que proceda del coche puede entenderse como una
señal que indica la gravedad de la avería. "Por ejemplo, ruidos
anómalos en el compartimento motor o en los bajos, o ruidos al poner
en marcha o detener el motor, pueden alertar de una rotura en los
soportes de la línea de escape. También se pueden escuchar ruidos al
pisar el embrague para seleccionar una velocidad, lo que denota
anomalías en el embrague o en la caja de cambios", explican en la
Fundación EDEA. Los sonidos procedentes de los bajos pueden estar
causados por el mal estado del catalizador, de la goma de sujeción del
tubo de escape o de las abrazaderas. El informe de la OCU afirma que
el 12,7% de las averías se deben, precisamente, al deterioro del tubo
de escape o de algún tramo del sistema, mientras que el embrague y la
caja de cambios provocan el 5,8% de las anomalías.
Con el vehículo en movimiento, los ruidos que aparecen pueden estar
provocados por los frenos, que pueden presentar un desgaste acusado,
óxido o humedad; los tapacubos, que corren el riesgo de deteriorarse
al rozar con un bordillo; o los neumáticos, "por las transmisiones al
realizar maniobras, durante el paso por una rotonda o al doblar una
esquina". Si, además, se conduce a una cierta velocidad, podrían
silbar los retrovisores al corte del viento, podría entrar aire por
los junquillos de los cristales o las juntas de las puertas, sonar los
frenos al ser accionados, o detectar incluso ruidos en los
rodamientos.
"El zumbido provocado por un rodamiento defectuoso es muy
característico y sencillo de localizar"
La velocidad es quizá la causa de la mayoría de ruidos, puesto que en
esta circunstancia se fuerza más al vehículo. En este sentido, el
profesor de la Fundación EDEA asegura que "a cierta velocidad y
cargando en curva, en un sentido o en otro, el zumbido cambia de
intensidad y se acentúa al soportar más peso el rodamiento
defectuoso". También el estado de la vía, la humedad, el calor, la
lluvia y el estado de los neumáticos podrían influir en el ruido que
se genera al rodar. "Seguro que hemos observado un cambio en el ruido
que generan los neumáticos al rodar por autovía, cuando pasamos por
diferentes tipos de asfalto o por una junta de dilatación. Esto es
normal", tranquiliza. Con lo que se debe tener cuidado es con los
sonidos que proceden del motor, porque pueden estar causados por
cierta holgura en el diferencial o algún soporte suelto. No se debe
pasar por alto cualquier sonido extraño que proceda de esta zona.
Cuando la carrocería suena...
Los sonidos más característicos de la carrocería de un vehículo son el
chirrío al abrir o cerrar una puerta y los crujidos durante la marcha.
En este último caso, los sonidos pueden llamar la atención sobre el
estado de los soportes del motor, puesto que, precisa Navarro, "el
motor genera ciertas vibraciones que se transmiten a toda la
carrocería y producen ruidos en el interior del habitáculo". "El no
prestar la debida atención a un ruido juega en nuestra contra en la
mayoría de las ocasiones. Un diagnóstico a tiempo de una posible
avería puede evitar graves daños en nuestro vehículo y, lo que sin
duda es mucho más importante, una posible avería no identificada puede
afectar a nuestra seguridad, la de nuestros ocupantes y la de los
demás usuarios de la vía", advierte.
Hay ruidos más sencillos de identificar que otros. "Por ejemplo,
cuando se abre una puerta, al accionar el cierre centralizado a través
del mando, accionar la manilla de apertura desde el exterior,
desplazar la puerta haciendo el propio movimiento de apertura o
cierre, tirar del asidero interior, justo en el momento de cerrar
contra el bastidor o, incluso, con la puerta ya cerrada y durante la
marcha o al 'bachear'", enumera Navarro. os ruidos que se pueden
escuchar pueden superar el centenar.
Los ruidos que se pueden escuchar pueden superar el centenar
Por este motivo, es de vital importancia tener diagnosticada cualquier
anomalía y consultar con el taller siempre que se tengan dudas. "Para
ello, debemos darle al mecánico toda la información posible, para que
pueda provocarle al vehículo el ruido y pueda hacer un diagnóstico
eficaz. De este modo, se podrían evaluar posibles daños actuales y, lo
más importante, la incidencia sobre nuestra seguridad", subraya la
Fundación EDEA.
El último informe sobre este tema de la Confederación de Consumidores
y Usuarios (CECU) no aclara si cada vez acuden más o menos conductores
a los talleres de reparación, pero afirma que en 2005 las quejas y
reclamaciones con origen en los servicios del taller se redujeron un
52%. En total, se produjeron 6.439 quejas y reclamaciones, frente a
las 13.387 de 2004. "Lamentablemente, en ocasiones determinados
vehículos tienen determinados ruidos para los que, en principio, el
fabricante no tiene propuesta una solución efectiva y el usuario
decide darle una solución casera al problema. Lo más recomendable es
que antes de hacer la reparación por nuestra cuenta, consultemos con
un profesional que nos pueda asesorar", aconseja Navarro. Si se
detecta que el problema está en las bisagras, la aplicación de grasa o
algún producto similar puede acabar con el ruido. Los sonidos en las
puertas o en el techo solar pueden avisar de que alguna junta ha
quedado suelta o está seca. Un contratiempo que se puede solventar con
engrasantes o productos que contengan silicona.
Pero la solución no siempre es tan sencilla. Navarro insiste en que el
desconocimiento puede llevar a que, sin pretenderlo, se provoque una
avería "aún peor". "Por poner un ejemplo, en algunos modelos suelen
silbar las ventanillas al subir o bajar. Muchos usuarios tratan de
corregir el problema aplicando grasa en spray sobre las guías de goma
por donde se desplaza el cristal, pero esta solución dura muy poco
tiempo, ya que la grasa descompone el caucho y termina por frenar el
cristal en su desplazamiento. Al final, además de tener que sustituir
las guías, podríamos romper el sistema de alzacristal, lo que
aumentaría considerablemente el importe de la reparación", lamenta.