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          Ruidos en el coche

          Ruidos en el coche

          Es imprescindible contrastar los ruidos más comunes en el coche y
          localizar su origen para dar con la solución y evitar posibles
          accidentes o averías graves

          Cada vehículo tiene sus propios ruidos. Lo más importante es
          localizarlos y detectar si tienen origen en una avería grave o si
          están motivados por el propio desgaste del coche. En el primer caso,
          la visita al taller será casi obligada, salvo que se tengan
          conocimientos precisos de mecánica. En el segundo caso, hay que
          determinar el nivel de ruido y si se produce siempre en las mismas
          circunstancias, por ejemplo, con el automóvil parado o en marcha. Los
          ruidos más preocupantes suelen ser los que proceden del motor y que, a
          veces, llegan a través de vibraciones en la carrocería. El estado de
          la vía, la humedad, el calor, la lluvia y de los neumáticos son otras
          causas generadoras de sonidos extraños.

          Febrero 2007
          Azucena García

          Primer paso: localizar el ruido

          Los coches suenan. Con el paso del tiempo, los vehículos, como las
          personas, se hacen mayores y sufren "achaques". Lo importante es
          determinar si esos ruidos, en forma de pitido, chirrío o zumbido,
          alertan de una avería grave o se deben al simple desgaste del
          automóvil. Carlos Navarro, de la Fundación EDEA (Escuela de Enseñanzas
          de Automoción) asegura que incluso un vehículo nuevo "puede presentar
          una serie de ruidos característicos en función del tipo y modelo",
          pero advierte de que estos ruidos deben ser "normales y no llegar a
          molestar". "Por el contrario, otros ruidos pueden aparecer conforme el
          vehículo va sufriendo el desgaste lógico. Estos ruidos que van
          apareciendo con el uso podrían ser más importantes, por lo que, lo más
          inteligente, sería visitar el taller para consultar con un técnico",
          aconseja. Todos los ruidos, presentes en el coche desde el principio o
          no, han de estar debidamente identificados y diagnosticados por un
          profesional, que será quien determine el grado de importancia de la
          anomalía.

          El primer paso es la localización del ruido. Según Navarro, "en la
          mayoría de los casos, el usuario del vehículo puede determinar la
          procedencia del ruido y en qué circunstancia se produce, aunque éste
          no tenga conocimientos técnicos de su automóvil. Para ello, hay que
          ser un buen observador y seguir una serie de pautas". Hay ruidos que
          se producen con el vehículo y el motor parados, otros con el coche en
          marcha, los hay que se presentan al accionar alguna puerta, el
          maletero o el salpicadero, al sentarse en los asientos, procedentes
          del interior, de la suspensión... Un buen truco es dividir mentalmente
          el vehículo en cuatro partes e inspeccionar si el sonido procede de la
          parte delantera, trasera, de la izquierda o de la derecha.

          Un buen truco es dividir mentalmente el vehículo en cuatro partes
          e inspeccionar si el sonido procede de la parte delantera, trasera, de
          la izquierda o de la derecha

          Si la prueba se hace con el motor en funcionamiento, hay que fijarse
          si el ruido aparece al acelerar, con una marcha constante o en el
          momento en el que se pisa el freno.

          Es imprescindible contrastar esos ruidos y determinar que se producen
          en las mismas condiciones, es decir, siempre que se sube una pendiente
          o siempre que se baja, cuando la temperatura ambiental es alta o
          cuando es baja, en función de si el coche va cargado o si viaja más
          ligero. Hay muchas posibilidades. Una vez localizada la zona de
          origen, el siguiente paso es encontrar el punto exacto: motor, frenos,
          bajos, chasis, sistema de escape, sistema de dirección, interior del
          coche o exterior. Según la procedencia, las causas y las soluciones
          varían. Por ello, si no se tienen conocimientos de mecánica, hay que
          acudir a un profesional para que realice un diagnóstico técnico. Según
          datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 5% de
          los conductores asegura ser su propio mecánico, una circunstancia en
          la que no sólo se puede poner buena voluntad, sino también
          conocimientos.

          Posibles averías y soluciones
          El nivel del ruido que proceda del coche puede entenderse como una
          señal que indica la gravedad de la avería. "Por ejemplo, ruidos
          anómalos en el compartimento motor o en los bajos, o ruidos al poner
          en marcha o detener el motor, pueden alertar de una rotura en los
          soportes de la línea de escape. También se pueden escuchar ruidos al
          pisar el embrague para seleccionar una velocidad, lo que denota
          anomalías en el embrague o en la caja de cambios", explican en la
          Fundación EDEA. Los sonidos procedentes de los bajos pueden estar
          causados por el mal estado del catalizador, de la goma de sujeción del
          tubo de escape o de las abrazaderas. El informe de la OCU afirma que
          el 12,7% de las averías se deben, precisamente, al deterioro del tubo
          de escape o de algún tramo del sistema, mientras que el embrague y la
          caja de cambios provocan el 5,8% de las anomalías.

          Con el vehículo en movimiento, los ruidos que aparecen pueden estar
          provocados por los frenos, que pueden presentar un desgaste acusado,
          óxido o humedad; los tapacubos, que corren el riesgo de deteriorarse
          al rozar con un bordillo; o los neumáticos, "por las transmisiones al
          realizar maniobras, durante el paso por una rotonda o al doblar una
          esquina". Si, además, se conduce a una cierta velocidad, podrían
          silbar los retrovisores al corte del viento, podría entrar aire por
          los junquillos de los cristales o las juntas de las puertas, sonar los
          frenos al ser accionados, o detectar incluso ruidos en los
          rodamientos.

          "El zumbido provocado por un rodamiento defectuoso es muy
          característico y sencillo de localizar"

          La velocidad es quizá la causa de la mayoría de ruidos, puesto que en
          esta circunstancia se fuerza más al vehículo. En este sentido, el
          profesor de la Fundación EDEA asegura que "a cierta velocidad y
          cargando en curva, en un sentido o en otro, el zumbido cambia de
          intensidad y se acentúa al soportar más peso el rodamiento
          defectuoso". También el estado de la vía, la humedad, el calor, la
          lluvia y el estado de los neumáticos podrían influir en el ruido que
          se genera al rodar. "Seguro que hemos observado un cambio en el ruido
          que generan los neumáticos al rodar por autovía, cuando pasamos por
          diferentes tipos de asfalto o por una junta de dilatación. Esto es
          normal", tranquiliza. Con lo que se debe tener cuidado es con los
          sonidos que proceden del motor, porque pueden estar causados por
          cierta holgura en el diferencial o algún soporte suelto. No se debe
          pasar por alto cualquier sonido extraño que proceda de esta zona.

          Cuando la carrocería suena...
          Los sonidos más característicos de la carrocería de un vehículo son el
          chirrío al abrir o cerrar una puerta y los crujidos durante la marcha.
          En este último caso, los sonidos pueden llamar la atención sobre el
          estado de los soportes del motor, puesto que, precisa Navarro, "el
          motor genera ciertas vibraciones que se transmiten a toda la
          carrocería y producen ruidos en el interior del habitáculo". "El no
          prestar la debida atención a un ruido juega en nuestra contra en la
          mayoría de las ocasiones. Un diagnóstico a tiempo de una posible
          avería puede evitar graves daños en nuestro vehículo y, lo que sin
          duda es mucho más importante, una posible avería no identificada puede
          afectar a nuestra seguridad, la de nuestros ocupantes y la de los
          demás usuarios de la vía", advierte.

          Hay ruidos más sencillos de identificar que otros. "Por ejemplo,
          cuando se abre una puerta, al accionar el cierre centralizado a través
          del mando, accionar la manilla de apertura desde el exterior,
          desplazar la puerta haciendo el propio movimiento de apertura o
          cierre, tirar del asidero interior, justo en el momento de cerrar
          contra el bastidor o, incluso, con la puerta ya cerrada y durante la
          marcha o al 'bachear'", enumera Navarro. os ruidos que se pueden
          escuchar pueden superar el centenar.

          Los ruidos que se pueden escuchar pueden superar el centenar

          Por este motivo, es de vital importancia tener diagnosticada cualquier
          anomalía y consultar con el taller siempre que se tengan dudas. "Para
          ello, debemos darle al mecánico toda la información posible, para que
          pueda provocarle al vehículo el ruido y pueda hacer un diagnóstico
          eficaz. De este modo, se podrían evaluar posibles daños actuales y, lo
          más importante, la incidencia sobre nuestra seguridad", subraya la
          Fundación EDEA.

          El último informe sobre este tema de la Confederación de Consumidores
          y Usuarios (CECU) no aclara si cada vez acuden más o menos conductores
          a los talleres de reparación, pero afirma que en 2005 las quejas y
          reclamaciones con origen en los servicios del taller se redujeron un
          52%. En total, se produjeron 6.439 quejas y reclamaciones, frente a
          las 13.387 de 2004. "Lamentablemente, en ocasiones determinados
          vehículos tienen determinados ruidos para los que, en principio, el
          fabricante no tiene propuesta una solución efectiva y el usuario
          decide darle una solución casera al problema. Lo más recomendable es
          que antes de hacer la reparación por nuestra cuenta, consultemos con
          un profesional que nos pueda asesorar", aconseja Navarro. Si se
          detecta que el problema está en las bisagras, la aplicación de grasa o
          algún producto similar puede acabar con el ruido. Los sonidos en las
          puertas o en el techo solar pueden avisar de que alguna junta ha
          quedado suelta o está seca. Un contratiempo que se puede solventar con
          engrasantes o productos que contengan silicona.

          Pero la solución no siempre es tan sencilla. Navarro insiste en que el
          desconocimiento puede llevar a que, sin pretenderlo, se provoque una
          avería "aún peor". "Por poner un ejemplo, en algunos modelos suelen
          silbar las ventanillas al subir o bajar. Muchos usuarios tratan de
          corregir el problema aplicando grasa en spray sobre las guías de goma
          por donde se desplaza el cristal, pero esta solución dura muy poco
          tiempo, ya que la grasa descompone el caucho y termina por frenar el
          cristal en su desplazamiento. Al final, además de tener que sustituir
          las guías, podríamos romper el sistema de alzacristal, lo que
          aumentaría considerablemente el importe de la reparación", lamenta.

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          TUNING

          TUNING

          El arte de personalizar un vehículo al gusto de quien lo conduce ha creado un importante movimiento que no sólo aboga por coches vistosos, sino por automóviles que ganan en seguridad

          El tuning llegó a España hace poco más de una década, pero representa todo un movimiento que mueve miles de euros cada año. Hace referencia al cambio de los componentes mecánicos y electrónicos de un coche, así como a la transformación de la carrocería. Precisamente, el tuning más conocido es el que muestra vehículos vistosos, pero también hay un tuning que no se ve y que afecta al interior del automóvil: motor, frenos, suspensión... Sus defensores aseguran que se trata de un fenómeno que no sólo busca llamar la atención en la carretera, sino convertir al coche en un producto más seguro. Además, reclaman un cambio en la legislación para que se eliminen las trabas a la hora de pasar la ITV, que exige que cualquier cambio cuente con la homologación correspondiente.

          Azucena García
          Marzo 2007

          Auge del movimiento tuning

          El tuning surgió en Estados Unidos después de la II Guerra Mundial. Fue en aquel país donde la personalización de coches fabricados entre los años 1920 y 1940 alcanzó sus cotas máximas. Posteriormente, el fenómeno se extendió a otros continentes hasta llegar a España hace unos 15 años. Su principio: transformar los componentes mecánicos y electrónicos de un vehículo al gusto de quien lo conduce. David Ordás recuerda desde su puesto al frente del portal www.solotuning.com que en España el tuning es un fenómeno relativamente reciente, frente a otros países con más tradición en los que nos llevan mucha ventaja. "En Estados Unidos, la cuna del tuning, los jóvenes americanos llevaban a cabo en la posguerra todo tipo de modificaciones para que sus coches lucieran tan flamantes y rápidos como fuera posible. Sin duda, allí las preparaciones se han convertido en algo usual y casi inherente a la propia cultura americana, muy influida también por el mundo de las carreras", explica.

          En Europa, las referencias más importantes se encuentran en el tuning alemán e inglés, países con gran tradición automovilística que, según Ordás, "llevan años produciendo preparaciones al más alto nivel, contando con un gran número de aficionados al motor empeñados en tener coches cada vez más personalizados y rápidos". "En España -agrega-, mucho antes de que se empezase a hablar del tuning como tal, ya se podían ver auténticas preparaciones rodando por nuestras carreteras, la mayoría de ellas del más puro estilo racing". No fue hasta finales de los 90 cuando este fenómeno aterrizó con fuerza en la península y comenzó una expansión vertiginosa.

          No fue hasta finales de los 90 cuando este fenómeno aterrizó con fuerza en la península y comenzó una expansión vertiginosa
          "El punto de inflexión lo marcó el lanzamiento de la revista Maxituning, cuyo éxito fue el fiel reflejo de una tendencia que estaba latente entre los aficionados que vieron cómo la cantidad de piezas y posibilidades para preparar sus vehículos se multiplicaban", añade Ordás.

          Las primeras concentraciones de coches tuneados tuvieron lugar en 1998 en Sevilla, Granada y Girona. Encuentros más bien espontáneos que se han transformado en grandes festivales y eventos. Jesús Pozo es el director de uno de ellos, el Madrid Tuning Show, considerado el salón del tuning por excelencia. Este evento se celebra anualmente, desde 2005, en el pabellón de cristal de la Casa de Campo, donde congrega a los coches tuning más espectaculares, expositores, preparadores y las marcas más importantes de neumáticos, llantas, pintura, electrónica o accesorios. En la última edición se superaron los 90.000 visitantes en una superficie de 20.000 metros cuadrados. "Todo este movimiento hace que hoy en día en España el tuning esté a un nivel mejor que en otros países europeos", asevera Pozo, que distingue dos clases de tuning: "el que transforma los coches en un vehículo totalmente escandaloso y diferente, y el que apenas se nota porque la preparación afecta al motor o las suspensiones".

          En cuanto al coste, Pozo concluye que "el límite es el cielo" y que se pueden dedicar desde unos pocos euros hasta miles, aunque David Ordás indica que, si bien hace unos años tunear el coche era una tarea cara y complicada porque la oferta de piezas y complementos era muy limitada, hoy en día, gracias al boom del tuning, los precios se han normalizado y se pueden encontrar componentes de todos los precios y características. "Todo depende de la transformación que pretendamos. No es necesario gastarse una gran suma de dinero para personalizar nuestro coche, basta con unas llantas deportivas y unos accesorios aerodinámicos discretos, pero si queremos llevar a cabo una transformación completa, el precio cambia", advierte.

          Qué se puede tunear
          Los defensores del tuning aseguran que, de un vehículo, se puede tunear todo: componentes mecánicos, electrónicos y carrocería. "El tuning abarca un campo muy amplio, es el arte de personalizar el coche al gusto del dueño",
          "El tuning abarca un campo muy amplio, es el arte de personalizar el coche al gusto del dueño"
          precisa el presidente de la Agrupación Profesional del Tuning (APT), Luis Díaz. Por su parte, David Ordás considera "un error" pensar que sólo los modelos más potentes o deportivos pueden ser objeto de una preparación tuning. "Todos los coches, sea cual sea su tipo, tamaño o estética, pueden ser mejorados y tuneados. De igual forma el tuning es algo que abarca desde el exterior, con elementos como las llantas, los añadidos aerodinámicos o las pinturas, hasta el interior, donde cualquier detalle puede ser personalizado, sin olvidarnos de la mecánica, el car audio o los elementos multimedia. El único límite para el tuning es nuestra propia imaginación", subraya.

          A partir de ahí, el tuning puede tener como objetivo tanto el uso y disfrute del vehículo, como la exhibición. De hecho, hay automóviles que son transformados exclusivamente para su exposición en eventos. "Se trata de coches que se muestran en los shows con reformas, a veces, poco operativas y que ni siquiera están permitidas para circular por la carretera", señala Díaz. En cuanto a los cambios, no es necesario que se vean. "Es más -indica el presidente de APT-, hay más coches tuneados que no se ven, que los que se ven". Los cambios en el motor, discos de freno o sistemas de suspensión son realizados en la mayoría de los casos por personas a las que les gusta conducir más rápido, pero también de forma más segura. "Hablamos del tuning escandaloso, del que se ve, pero no somos capaces de reconocer el tuning seguro, fruto de la instalación de una suspensión más dura, por ejemplo, motivada porque el 70% de las suspensiones de un vehículo está en malas condiciones", defiende Díaz.

          "Hablamos del tuning escandaloso, del que se ve, pero no somos capaces de reconocer el tuning seguro"
          Respecto al tuning más visible, Díaz rechaza la imagen de que el conductor de uno de estos vehículos es "un joven maquinero que conduce a gran velocidad y con la música alta". "El tuning de chapa es carísimo. Cuesta tanto dinero que quien lo realiza conduce con mucho cuidado para que no le pase nada al coche. Estos conductores no sólo no corren, sino que tratan el coche con esmero, cariño y cuidado. El señor que tiene el audio en el coche y va con la música alta es la punta del iceberg, es uno entre mil conductores que se ven. Una pintura de aerógrafo puede valer más de 6.000 euros y el dueño de ese coche no se puede arriesgar a correr, a pasar por una calle estrecha y que se le raye el coche", recalca.


          Sobrepeso del coche

          Todas las personas dispuestas a formar parte de este movimiento deben recordar que de un coche se puede transformar la carrocería; paragolpes, faldones, alerones, cerraduras, pestillos, aletas y aletines, las luces, la matrícula; se instala otra de tamaño más pequeño que el convencional, los asientos, el tubo de escape, los separadores; que aumentan los anchos de vía del vehículo, las puertas, el motor, la suspensión, los neumáticos y el interior; pomo de la palanca de cambios, alfombras, volante, esfera del cuentakilómetos, cinturones de seguridad... Se admiten hasta equipos de televisión, DVD y play station. Todo por un precio aproximado de 20.000 euros. Además, hay que tener en cuenta un último punto: el sobrepeso del coche. Hay que calcular si el cambio de accesorios influirá en el peso final del vehículo. Para ello, hay que sumar el peso del vehículo sin ocupantes ni carga (Tara), más el peso de los nuevos componentes y el de los ocupantes (se multiplica 5 por una media de 75 kilogramos por ocupante). Si este resultado sobrepasa el peso máximo autorizado del coche con ocupantes y carga (MMA), la reforma no esta permitida. Un ejemplo: un coche tiene una Tara de 1.000 kilogramos y un MMA de 1.500 kilogramos. Si los nuevos componentes pesan 150 kilogramos, la Tara asciende a 1.150 kilos, a los que hay que sumar el peso de los ocupantes (5x75=375 kilogramos). El total da un resultado de 1.525 kilogramos, lo que supone que no se pueden llevar a cabo esas reformas o que los componentes que se incorporen deben ser más ligeros, porque se supera el MMA (1.500 kilogramos).
          Homologar los cambios
          La legislación actual exige que la mayor parte de los cambios que se realizan en un vehículo estén homologados, especialmente aquellos que afectan a la dinámica y al comportamiento del coche. Lo mejor es dejarse asesorar por profesionales antes de acometer alguna reforma de importancia, aunque hay que tener claro que el responsable de cualquier cambio es siempre la persona propietaria del automóvil. En caso contrario, se pueden tener problemas a la hora de pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Las leyes que regulan las reformas son el Real Decreto 736/1988 sobre Reformas de Importancia, modificado por la Orden CTE/3191/2002 de 5 de diciembre. Además, hay un manual de reformas de importancia de vehículos, en el que quedan expuestas las 46 reformas tipificadas que existen en la actualidad. "No obstante, si las modificaciones que hemos llevado a cabo no son consideradas reformas de importancia o nuestro coche cuenta con todas las homologaciones oportunas, no tendremos ningún problema en la ITV", tranquiliza David Ordás.

          En este sentido, Jesús Pozo destaca que "cuando uno se pone en manos de profesionales no suele haber problemas, puesto que se hacen las modificaciones oportunas y se consigue la documentación necesaria para que se pueda pasar con éxito la ITV", aunque reconoce que siempre hay quien se pone en manos de gente que no es profesional y se encuentra con un millón de problemas. Si el preparador o taller es serio, suele dar la documentación e, incluso, homologa los cambios, pero esto no siempre ocurre", lamenta. "Sólo cuando el vehículo no va a circular por carretera, sino que se quiere para participar en shows -concreta-, se puede modificar lo que se quiera". Es importante, por ello, legalizar los cambios, una tarea que se puede realizar tanto en talleres como en empresas de homologación dedicadas exclusivamente a esta labor. Una de ellas es Tuning Homologaciones, una empresa compuesta por tres socios: "dos de ellos ingenieros industriales y otro que lleva temas de publicidad y administración", explica uno de sus integrantes.

          Esta empresa nace con la intención de que todo el mundo que lo desee pueda tener homologado su vehículo, "ya que en la actualidad existe un gran número de personas que no se atreven a tunear su coche por las exigencias a la hora pasar la ITV". Las homologaciones son sencillas y se realizan en un plazo aproximado de 7 y 9 días. En este tiempo, se puede tener totalmente homologado el vehículo y recibir en el domicilio toda la documentación necesaria para pasar la ITV, que se puede facilitar vía Internet, fax o correo ordinario e incluye varias fotografías del vehículo, permiso de circulación, ficha técnica, datos del taller instalador y dimensiones del vehículo tras la reforma.


          Las principales son las que afectan a...

          • Carrocería: Paragolpes, taloneras, aletines, alerones, entradas de aire simuladas, etc.
          • Ruedas: Las ruedas pueden ser equivalentes, en cuyo caso no necesitarían homologación, o no equivalentes, las cuales necesitarían ser homologadas para pasar la ITV.
          • Separadores: La incorporación de separadores necesitaría homologación, ya que incrementa el ancho de vías del vehículo.
          • Muelles: Cuando se montan unos muelles distintos de los de serie, es muy importante que sean muelles aptos para el vehículo, "es decir, no se pueden montar unos muelles de un Volkswagen Golf en un Peugeot 206", señalan desde Tuning Homologaciones. Además, hay un gran número de marcas y modelos que han de ser homologados antes de pasar la ITV, "a excepción de aquellos que tengan ya realizada una reforma generalizada, esta información la debe facilitar el vendedor", añaden.
          • Asientos: Para poder ser montados, los asientos deben contar previamente con la homologación correspondiente. Si esto no ocurre, han de ser sometidos a ensayos en un laboratorio, lo que hace que el precio de la homologación se dispare.
          • Suspensión neumática: Las suspensiones neumáticas son fácilmente homologables siempre y cuando no hayan sido adquiridas fuera de la Unión Europea, ya que en estos casos, al no traer marcado europeo, necesitan muchos más trámites y, en ocasiones, ensayos en laboratorio.
          • Bisagras tipo LSD: Resultan fácilmente homologables, pero hay que fijarse mucho a la hora de comprarlas. Según Tuning Homologaciones, "se venden muchas bisagras que no han sido sometidas a ensayos con anterioridad y que, cuando ya están instaladas, el cliente se encuentra con el gran problema de que para homologarlas tiene que llevar el coche a ensayos a laboratorio. Vale más pagar un precio mayor por una bisagra ya probada que comprar una artesanal que después no se pueda homologar".

            En el caso opuesto también se dan reformas no homologables. Son las que afectan al tubo de escape, las ópticas, los retrovisores o el tintado de las lunas, que no están tipificadas en el manual de reformas de importancia de vehículos y, por este motivo, no se consideran reformas y no se pueden homologar. "Cuando se realiza alguna de estas modificaciones, hay que tener en cuenta que todo lo que se instale sea válido para el vehículo y tenga contraseña de homologación europea, que suele ser una referencia tipo E13/562656. En este caso, se pueden instalar y no necesitan ser homologadas para pasar ITV", matizan en Tuning Homologaciones, donde recuerdan que tampoco se pueden instalar ni homologar "en ningún caso": los alerones de aluminio o con aristas cortantes, los faldones delanteros tipo quitanieves, los capots alargados tipo bad-boy o pestañas que interfieran en el haz de luz de las ópticas y las ruedas de distinta medidas en eje delantero y trasero, "salvo que venga especificado en ficha técnica".

          Reclamaciones del sector
          Ante los requisitos que se deben cumplir para pasar la ITV, los tuneros exigen inspecciones "menos duras", indica Jesús Pozo, mientras que los profesionales del tuning reclaman la actualización de la legislación. "Hay una oferta brutal para renovar el coche, pero resulta que la legislación que tenemos está anticuada porque este movimiento avanza demasiado rápido y las leyes no son capaces de dar respuesta a las novedades. Ante esta situación, la Administración se defiende bloqueándolo absolutamente todo y el manual de reformas supone dar carta blanca a la ITV para bloquear cualquier cambio que suene raro ", critica Luis Díaz. "La solución -prosigue- es que cuando se hace cualquier reforma se necesita una homologación o autorización. Y eso tiene un coste". A su entender, lo ideal es que, ante cualquier cambio, se cuente con los servicios de un ingeniero que haga un proyecto de modificación, aunque también otorga cierta responsabilidad al taller, "que debe avisar a todos los clientes de que los cambios que hagan están considerados reformas de importancia", y al titular del vehículo, "que debe intentar que cualquier modificación que realice en el coche se haga en un único taller para que sea más fácil recopilar la información necesaria para pasar la ITV".

          Debido al coste que puede alcanzar el tuneo de un coche, se suele optar por reformas progresivas. Es importante que estas reformas se realicen en el mismo taller para que los recambios no sólo estén homologados, sino que sean compatibles entre sí .

          Es importante que estas reformas se realicen en el mismo taller para que los recambios no sólo estén homologados, sino que sean compatibles entre sí
          En caso contrario puede ocurrir que en un taller se coloquen, por ejemplo, unos muelles homologados y, en otro, unas ruedas también homologadas, pero que no sean adecuadas para los muelles. En este caso el coche no pasaría la ITV y, según Díaz, "se crearía cierta sensación de indefensión en el usuario y una imagen de piratería y falta de profesionalidad que no es real". Además, es posible que en caso de avería o accidente se produzcan problemas para cobrar la indemnización.

          Para el presidente de la APT, en España se realiza un tuning " a la medida de cada uno", frente al que se estila en otros países europeos, "donde está en manos de talleres profesionales y es bastante caro". En este sentido, reclama que la Administración española dé por válidas las homologaciones realizadas en países de la Unión Europea, una petición trasladada formalmente al Ministerio de Industria en 2004 y "en la que no hemos avanzado nada". "Hay dificultades grandes porque lo que viene homologado de la Unión Europea no está homologado en España. No tiene mucho sentido que si una reforma o producto se está aceptando en países tan importantes como Francia, Alemania o Inglaterra, no se acepte en España. Es una manera de frenar la avalancha de nuevos componentes y de dificultar el trabajo de las empresas que se dedican al mercado del tuning, que ven impedimentos a la hora de comercializar los productos", se queja. Respecto al consumidor, el hecho de que estos componentes no lleguen homologados, le supone un encarecimiento del producto, puesto que el vendedor debe cumplir unos trámites administrativos y burocráticos previos, que repercuten en el precio de venta. "De nuevo, se crea una indefensión en el usuario final por falta de información, ya que a veces teme hacer reformas porque luego se puede encontrar con un problema al pasar la ITV", subraya.

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          Habitos que dañan el coche.

          Habitos que dañan el coche.

          Hábitos que dañan el coche

          Ciertos vicios al volante pueden reducir considerablemente los años de vida del vehículo

          Muchas personas no sólo conducen mal, sino que tratan peor su automóvil.

          Todos los conductores desarrollan una serie de vicios y gestos automáticos difíciles de erradicar con el paso de los años, y muchos de ellos afectan directamente a la buena salud del vehículo, lo que a la larga puede provocar accidentes, poniendo en peligro su seguridad y la de los demás. Conocerlos es el primer paso para saber cómo corregirlos.

          Malas costumbres

          • Cuando arranque el coche por las mañanas, y muy especialmente en invierno, no debe calentar el motor con fuertes acelerones porque el aceite y el resto de los componentes aún no han alcanzado la temperatura ideal. Estos elementos protegen menos y pueden suponer un peligroso desgaste en el motor del vehículo.
          • No se apoye en la palanca de cambios. Ejercer sobre su pomo una presión constante ocasiona problemas de holgura en las arandelas y muelles de la palanca de cambio y además puede causar averías en las horquillas del selector de la caja. Lo más recomendable es manipularla sólo cuando haya que variar de marcha y cambiar suavemente.
          • Evite manipular la dirección con el coche parado. Si los neumáticos son anchos o se trata de un coche pesado de dirección rápida -con pocas vueltas el volante pasa de tope a tope-, desgastará la cremallera de la dirección, con lo que la conducción sufrirá holguras, peligrosas a altas velocidades y con viento lateral. En automóviles con dirección asistida el problema es menor, aunque nunca se debe girar el volante hasta su límite. De esta forma se estará forzando el mecanismo y es fácil que se estropee.
          • El embrague es uno de los elementos más castigados del automóvil. Es un mecanismo que funciona por fricción y sufre desgaste cada vez que se pisa No apoye sin necesidad el pie en el pedal. Llevar siempre el pie sobre él o mantenerlo pisado cuando el vehículo está detenido supone un sobreesfuerzo para el plato de presión que puede dañar el cojinete de empuje, lo que acorta su vida útil.
          • Nunca empuje un coche automático. No lo arranque empujándolo ni circule en punto muerto, ya que lo más normal es que se estropee la caja de cambios.

          Revoluciones, las justas

          • Evite conducir con el motor a muchas revoluciones. Aumenta el consumo y puede provocar sobrerrégimen -pasar de vueltas al motor-, lo que implica una reparación muy costosa. Esta conducción también castiga el embrague, la transmisión y la caja de cambios.
          • No abuse de la potencia a muy pocas revoluciones. Por ejemplo, subir un puerto en quinta velocidad y a menos de 2.000 revoluciones por minuto supone una relación de cambio más alta de la adecuada. Esto puede resultar más perjudicial para el motor que el exceso de revoluciones, pues hace que trabaje sin vueltas suficientes para llegar a su par máximo -la zona idónea de trabajo del motor- donde se da la mejor relación consumo-potencia. Al final causaría problemas en el cigüeñal, las bielas, los cojinetes de biela y la bancada. La solución es el buen uso de la franja útil de la potencia del motor, moviéndose en la gama próxima a su par máximo, normalmente entre 3.000 y 5.000 revoluciones por minuto.

          La mejor parada

          No apure los elementos de fricción de los frenos. Las pastillas, zapatas, discos y tambores se deterioran pronto. Siempre será más barato cambiar pastillas y zapatas que el conjunto de discos y tambores. Cuando se instalan elementos de fricción nuevos hay que hacer un rodaje previo porque su eficacia será menor hasta que no se asienten definitivamente todos los componentes del sistema de frenado.

          Ruedas sin daño

          En el estacionamiento de su vehículo, procure no golpear el bordillo con las ruedas ni forzarlas porque el pellizco desgasta las gomas. Así pierden resistencia al reventón; se deterioran los reglajes de suspensión y se desequilibran las llantas, lo que puede provocar un cambio en las cotas de dirección y desequilibrar los neumáticos, ocasionando vibraciones en el volante. También pueden resultar afectados los rodamientos, debido al daño en la dirección y en el equilibrado de los neumáticos.

          Cuidado exterior y limpieza

          • Sin el cuidado y la atención apropiados, incluso la mejor pintura se volverá pálida y descolorida por la acción de contaminantes industriales y del tráfico o la lluvia ácida.
          • Lave a menudo su coche. El polvo decolora y raya la pintura y corroe la chapa, sobre todo en regiones húmedas.
          • Evite lavarlo a mano. Todavía hay conductores que creen que el lavado a mano es especialmente beneficioso para los vehículos. Sin embargo, las cantidades relativamente pequeñas de agua usadas en el lavado manual se mezclan con la suciedad y forman una agresiva pasta abrasiva que deja una gran cantidad de arañazos minúsculos y disminuye la capa de la pintura.
          • Por contraste, el autolavado de vehículos utiliza hasta 300 litros de agua, lo que garantiza que las partículas de suciedad se eliminan del vehículo con la mayor eficacia posible, evitando de esa forma el efecto abrasivo que tiene lugar durante el lavado manual.
          • Procure evitar las estaciones de lavado a base de rodillos de cerdas. Son muy prácticas, pero en la mayoría de ocasiones las cerdas de plástico acaban rayando la carrocería. Es preferible elegir estaciones de lavado dotadas de chorro de agua a presión.
          • Si ha circulado por carreteras nevadas en las que hayan utilizado sal deberá limpiar la carrocería cuanto antes. El agua del deshielo, la sal de la carretera y los agentes erosivos también dejan su huella con el paso del tiempo. Los lugares que habitualmente no se pueden ver como, por ejemplo, los bajos o las partes funcionales de los chasis son las más sensibles.
          • En un 4x4 debe vigilar las zonas que acumulen barro para evitar que se oxiden.
          • Si viaja por carreteras en obras tendrá que circular despacio y alejado del vehículo que precede, lavando el coche cuando acaba el viaje. Hay que tener en cuenta que el alquitrán es muy difícil de eliminar de la carrocería.
          • Limpie los accesos a la ventilación. Preste atención a las guías de los asientos: los carriles han de estar limpios y engrasados. Revise con frecuencia las juntas de puertas y ventanillas para evitar posibles entradas de agua.
          • Si es de los que suele limpiar por su cuenta el motor de su vehículo, tenga cuidado con la parte eléctrica -encendido, centralita, módulos-, ya que puede provocar averías muy molestas. Use limpiadores específicos que no atacan la goma ni los plásticos.
          • No exponga el coche al sol. Se pueden dañar la pintura y la tapicería. La contracción y dilatación cuartean el salpicadero y producen desajustes.

          Mantenimiento básico

          • Aceite. El consumo normal es de un litro cada 3.000 kilómetros, y debe cambiarse cada seis meses. Si el nivel de aceite está por debajo del mínimo sufrirá excesos de temperatura y desgaste, y, a la larga, reducirá la vida útil del motor.
          • Presión de los neumáticos. Si es alta, desgastará el interior de la banda de rodadura y si es poca, el desgaste se producirá en los extremos. La presión debe ser siempre la que recomiende el fabricante. Las grietas en las ruedas indican que, antes o después, sufriremos un reventón.

          No por mucho acelerar.

          • Dar acelerones no le hace ganar tiempo y tiene efectos negativos. Se consume más, se calienta en exceso el motor y los neumáticos se desgastan.
          • Nunca arranque haciendo patinar las ruedas motrices. Es un gasto inútil de gasolina y de ruedas, además de que daña las transmisiones. También castiga innecesariamente el embrague, la caja de cambios y el diferencial.
          • Los motores "turbo" requieren especial atención. Vigile su engrase y el nivel de aceite. No acelere con brusquedad, ni dé la máxima potencia con el motor en frío. Tras un viaje largo, déjelo un minuto al ralentí para que el circuito de aceite refrigere el eje del turbo. Si no, la parada del motor provocaría su gripaje por la deficiente lubricación y las altas temperaturas carbonizarían el aceite que engrasa su eje por no estar en circulación.
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          Derechos del consumidor en los talleres de automóviles

          Derechos del consumidor en los talleres de  automóviles
          Los talleres de reparación de  vehículos son uno de los sectores más reclamados por parte de los usuarios en  las Juntas Arbitrales de Consumo                
                    
               Los ciudadanos cada vez conocen mejor sus  derechos como consumidores en los distintos establecimientos. Al igual que en el resto de locales comerciales o de servicios, en los talleres de reparación de vehículos automóviles también se pueden presentar  reclamaciones si se detectan irregularidades. Por ello, es importante que el usuario conozca perfectamente la legislación que le asiste en cuanto a presupuesto, facturación, plazos de entrega, etc.        

          Principalmente, hay que empezar diferenciando dos tipos de talleres: los oficiales de marca y los independientes. El primer tipo de talleres está obligado a reparar los vehículos de la marca que ostente, pero puede rechazar los de otras marcas.        

          Con independencia de estar clasificado como oficial o no, cada taller sólo podrá realizar las actividades para las que fue autorizado. Dicha autorización se concede en función de la solicitud de la empresa y  de las características técnicas del local.        

          Entre las diferentes actividades que se pueden desarrollar en un taller de reparación están las técnicas de mecánica, electricidad, carrocerías y pinturas. Para que el cliente conozca a qué se dedica el taller, éste debe exhibir en el exterior una placa homologada en la que figurarán los símbolos representativos de la actividad autorizada junto con el número de registro.        

          Además de exhibir esta placa distintiva, los talleres deben ofrecer una información previa al consumidor. Esta información puede estar expuesta en un cartel, en un lugar visible para el público y contendrá los derechos del usuario, la existencia de hojas de reclamaciones, el precio aplicable por hora de mano de obra y los gastos de estancia, entre otros.        

          Así, dentro de los derechos que protegen al cliente, éste puede exigir el resguardo de depósito en el que se exponga, a parte de otros datos del taller y fechas de entrega, el número de kilómetros recorridos por el coche y las tareas encomendadas al taller. También puede solicitar el usuario la elaboración de un presupuesto previo por escrito de las reparaciones o servicios que demande. El presupuesto tendrá una validez mínima de doce días.        

          Por otra parte, uno de los problemas que pueden surgir en algunos talleres es que facturen al cliente tiempo de más. Los fabricantes de automóviles estiman el tiempo necesario para cada reparación y lo registran en el libro de tiempos al que deben sujetarse los talleres     oficiales y que debe servir de referencia a los talleres independientes.Estos últimos no podrán cobrar en concepto de mano de obra ninguna cantidad superior al 20% de los tiempos indicados en las tablas.
          Así, si el consumidor cree que el tiempo de mano de obra le parece excesivo puede pedir que le enseñen los libros de tiempos y comprobar el tiempo facturado.        

          El taller no puede demorar la reparación del vehículo por falta de piezas, puesto que los representantes oficiales de las marcas están obligados a facilitar los repuestos siempre que tengan existencias de los mismos. En cualquier caso, el plazo no será superior a quince días para las piezas correspondientes a coches nacionales, alargándose a un mes desde la fecha de solicitud, para las marcas de importación.        

          Otra obligación de los talleres consiste en presentar y entregar al consumidor al término de la reparación las piezas que han sido sustituidas. Gracias a ellas puede se comprobar que efectivamente se ha producido el cambio y verificar el deterioro de las piezas sustituidas. Si a pesar de todo, el cliente tiene dudas sobre el precio de las piezas de repuesto puede solicitar la factura de compra.        

          Además de facilitar esta factura por la adquisición de las piezas de repuesto, es obligatorio para el taller, aunque no lo pida el   cliente, la entrega de la factura de reparación completa y detallada. En la factura deberá constar con letra de tamaño no inferior a 1,5 milímetros, la duración de la garantía, así como la siguiente frase: "La garantía se entiende total, incluyendo mano de obra, piezas sustituidas, servicio de grúa, desplazamiento de operarios e impuestos, y su cumplimiento se realizará sin que quepa postergación".        

          Por último, hay que tener en cuenta que la garantía de la reparación tiene un plazo mínimo de tres meses o 2.000 kilómetros. Y otro punto importante se refiere a los gastos de estancia en el taller. El usuario dispone de tres días para recoger el vehículo, una vez comunicado que éste ya está reparado o que el presupuesto esta listo. Por consiguiente, pasado el plazo de tres días pueden aplicarle gastos de estancia, pero sólo si se encuentra en locales bajo custodia del taller.     
           
            




                
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          Hábitos que dañan el coche

          Hábitos que dañan el coche

          Ciertos vicios al volante pueden reducir considerablemente los años de vida del vehículo

          Muchas personas no sólo conducen mal, sino que tratan peor su automóvil.

          Todos los conductores desarrollan una serie de vicios y gestos automáticos difíciles de erradicar con el paso de los años, y muchos de ellos afectan directamente a la buena salud del vehículo, lo que a la larga puede provocar accidentes, poniendo en peligro su seguridad y la de los demás. Conocerlos es el primer paso para saber cómo corregirlos.

          Malas costumbres

          • Cuando arranque el coche por las mañanas, y muy especialmente en invierno, no debe calentar el motor con fuertes acelerones porque el aceite y el resto de los componentes aún no han alcanzado la temperatura ideal. Estos elementos protegen menos y pueden suponer un peligroso desgaste en el motor del vehículo.
          • No se apoye en la palanca de cambios. Ejercer sobre su pomo una presión constante ocasiona problemas de holgura en las arandelas y muelles de la palanca de cambio y además puede causar averías en las horquillas del selector de la caja. Lo más recomendable es manipularla sólo cuando haya que variar de marcha y cambiar suavemente.
          • Evite manipular la dirección con el coche parado. Si los neumáticos son anchos o se trata de un coche pesado de dirección rápida -con pocas vueltas el volante pasa de tope a tope-, desgastará la cremallera de la dirección, con lo que la conducción sufrirá holguras, peligrosas a altas velocidades y con viento lateral. En automóviles con dirección asistida el problema es menor, aunque nunca se debe girar el volante hasta su límite. De esta forma se estará forzando el mecanismo y es fácil que se estropee.
          • El embrague es uno de los elementos más castigados del automóvil. Es un mecanismo que funciona por fricción y sufre desgaste cada vez que se pisa No apoye sin necesidad el pie en el pedal. Llevar siempre el pie sobre él o mantenerlo pisado cuando el vehículo está detenido supone un sobreesfuerzo para el plato de presión que puede dañar el cojinete de empuje, lo que acorta su vida útil.
          • Nunca empuje un coche automático. No lo arranque empujándolo ni circule en punto muerto, ya que lo más normal es que se estropee la caja de cambios.

          Revoluciones, las justas

          • Evite conducir con el motor a muchas revoluciones. Aumenta el consumo y puede provocar sobrerrégimen -pasar de vueltas al motor-, lo que implica una reparación muy costosa. Esta conducción también castiga el embrague, la transmisión y la caja de cambios.
          • No abuse de la potencia a muy pocas revoluciones. Por ejemplo, subir un puerto en quinta velocidad y a menos de 2.000 revoluciones por minuto supone una relación de cambio más alta de la adecuada. Esto puede resultar más perjudicial para el motor que el exceso de revoluciones, pues hace que trabaje sin vueltas suficientes para llegar a su par máximo -la zona idónea de trabajo del motor- donde se da la mejor relación consumo-potencia. Al final causaría problemas en el cigüeñal, las bielas, los cojinetes de biela y la bancada. La solución es el buen uso de la franja útil de la potencia del motor, moviéndose en la gama próxima a su par máximo, normalmente entre 3.000 y 5.000 revoluciones por minuto.

          La mejor parada

          No apure los elementos de fricción de los frenos. Las pastillas, zapatas, discos y tambores se deterioran pronto. Siempre será más barato cambiar pastillas y zapatas que el conjunto de discos y tambores. Cuando se instalan elementos de fricción nuevos hay que hacer un rodaje previo porque su eficacia será menor hasta que no se asienten definitivamente todos los componentes del sistema de frenado.

          Ruedas sin daño

          En el estacionamiento de su vehículo, procure no golpear el bordillo con las ruedas ni forzarlas porque el pellizco desgasta las gomas. Así pierden resistencia al reventón; se deterioran los reglajes de suspensión y se desequilibran las llantas, lo que puede provocar un cambio en las cotas de dirección y desequilibrar los neumáticos, ocasionando vibraciones en el volante. También pueden resultar afectados los rodamientos, debido al daño en la dirección y en el equilibrado de los neumáticos.

          Cuidado exterior y limpieza

          • Sin el cuidado y la atención apropiados, incluso la mejor pintura se volverá pálida y descolorida por la acción de contaminantes industriales y del tráfico o la lluvia ácida.
          • Lave a menudo su coche. El polvo decolora y raya la pintura y corroe la chapa, sobre todo en regiones húmedas.
          • Evite lavarlo a mano. Todavía hay conductores que creen que el lavado a mano es especialmente beneficioso para los vehículos. Sin embargo, las cantidades relativamente pequeñas de agua usadas en el lavado manual se mezclan con la suciedad y forman una agresiva pasta abrasiva que deja una gran cantidad de arañazos minúsculos y disminuye la capa de la pintura.
          • Por contraste, el autolavado de vehículos utiliza hasta 300 litros de agua, lo que garantiza que las partículas de suciedad se eliminan del vehículo con la mayor eficacia posible, evitando de esa forma el efecto abrasivo que tiene lugar durante el lavado manual.
          • Procure evitar las estaciones de lavado a base de rodillos de cerdas. Son muy prácticas, pero en la mayoría de ocasiones las cerdas de plástico acaban rayando la carrocería. Es preferible elegir estaciones de lavado dotadas de chorro de agua a presión.
          • Si ha circulado por carreteras nevadas en las que hayan utilizado sal deberá limpiar la carrocería cuanto antes. El agua del deshielo, la sal de la carretera y los agentes erosivos también dejan su huella con el paso del tiempo. Los lugares que habitualmente no se pueden ver como, por ejemplo, los bajos o las partes funcionales de los chasis son las más sensibles.
          • En un 4x4 debe vigilar las zonas que acumulen barro para evitar que se oxiden.
          • Si viaja por carreteras en obras tendrá que circular despacio y alejado del vehículo que precede, lavando el coche cuando acaba el viaje. Hay que tener en cuenta que el alquitrán es muy difícil de eliminar de la carrocería.
          • Limpie los accesos a la ventilación. Preste atención a las guías de los asientos: los carriles han de estar limpios y engrasados. Revise con frecuencia las juntas de puertas y ventanillas para evitar posibles entradas de agua.
          • Si es de los que suele limpiar por su cuenta el motor de su vehículo, tenga cuidado con la parte eléctrica -encendido, centralita, módulos-, ya que puede provocar averías muy molestas. Use limpiadores específicos que no atacan la goma ni los plásticos.
          • No exponga el coche al sol. Se pueden dañar la pintura y la tapicería. La contracción y dilatación cuartean el salpicadero y producen desajustes.

          Mantenimiento básico

          • Aceite. El consumo normal es de un litro cada 3.000 kilómetros, y debe cambiarse cada seis meses. Si el nivel de aceite está por debajo del mínimo sufrirá excesos de temperatura y desgaste, y, a la larga, reducirá la vida útil del motor.
          • Presión de los neumáticos. Si es alta, desgastará el interior de la banda de rodadura y si es poca, el desgaste se producirá en los extremos. La presión debe ser siempre la que recomiende el fabricante. Las grietas en las ruedas indican que, antes o después, sufriremos un reventón.

          No por mucho acelerar.

          • Dar acelerones no le hace ganar tiempo y tiene efectos negativos. Se consume más, se calienta en exceso el motor y los neumáticos se desgastan.
          • Nunca arranque haciendo patinar las ruedas motrices. Es un gasto inútil de gasolina y de ruedas, además de que daña las transmisiones. También castiga innecesariamente el embrague, la caja de cambios y el diferencial.
          • Los motores "turbo" requieren especial atención. Vigile su engrase y el nivel de aceite. No acelere con brusquedad, ni dé la máxima potencia con el motor en frío. Tras un viaje largo, déjelo un minuto al ralentí para que el circuito de aceite refrigere el eje del turbo. Si no, la parada del motor provocaría su gripaje por la deficiente lubricación y las altas temperaturas carbonizarían el aceite que engrasa su eje por no estar en circulación.
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