El deterioro de las ruedas aumenta la siniestralidad vial, ya que anticipa el «aquaplaning»
En Europa los datos son muy similares y el 12% circulan en situación de «peligro inminente»
M. Balín madrid
Unos neumáticos en mal estado incrementan de forma exponencial el riesgo de padecer un accidente. Pero si además esta circunstancia afecta a casi la mitad del parque automovilístico español, el peligro para decenas de miles de conductores y pasajeros es mucho mayor. Un estudio sobre seguridad vial revela que el 47% de los vehículos llevan ruedas por debajo del límite de seguridad, bien porque las gomas están desgastadas o el nivel de presión es inferior al recomendado. Esta situación, además de generar un grave peligro para el tráfico, incrementa las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera al malgastarse millones de neumáticos.
Durante el pasado año, la compañía Bridgestone recorrió 26 ciudades españolas para realizar inspecciones gratuitas de los neumáticos. En total se controlaron más de 8.000 vehículos y 32.000 gomas, de las que un 34,4% estaban al límite de la legalidad, por lo que requerían una revisión; y un 12,2% se encontraban en situación de máximo riesgo, siendo aconsejables su inmovilización y examen urgente, según aconseja el estudio. El 53% restante circula en condiciones correctas.
Los técnicos llamaron la atención sobre la situación de uno de cada diez coches, cuyas ruedas tenían una profundidad de dibujo inferior a la legal, que se sitúa en los 1,6 milímetros. Esta condición supone un claro riesgo, ya que anticipa el «aquaplaning» y requiere al menos un 32% más de distancia para frenar que una goma cuya profundidad sea la correcta.
De las 26 ciudades inspeccionadas, Gijón, Madrid y Bilbao son aquellas donde los vehículos circulan con los neumáticos en mejores condiciones, mientras que dos capitales gallegas, Orense y La Coruña, y Las Palmas de Gran Canaria son los lugares donde peores resultados se han obtenido. Por lo que respecta a Europa, los datos finales son igual de preocupantes, ya que el 54% de los vehículos viajan con una presión en los neumáticos por debajo de lo adecuado y el 12% circulan en situación de «peligro inminente».
Pero una cosa es la realidad y otra bien diferente la percepción de los propios conductores, que en un mayoritario 94% dicen revisar de forma regular las gomas del coche. Esta contradicción, resalta el estudio de Bridgestone, pone de manifiesto el desconocimiento de los pilotos sobre el correcto control de la presión y el dibujo de los neumáticos.
Durante el pasado año, la compañía Bridgestone recorrió 26 ciudades españolas para realizar inspecciones gratuitas de los neumáticos. En total se controlaron más de 8.000 vehículos y 32.000 gomas, de las que un 34,4% estaban al límite de la legalidad, por lo que requerían una revisión; y un 12,2% se encontraban en situación de máximo riesgo, siendo aconsejables su inmovilización y examen urgente, según aconseja el estudio. El 53% restante circula en condiciones correctas.
Los técnicos llamaron la atención sobre la situación de uno de cada diez coches, cuyas ruedas tenían una profundidad de dibujo inferior a la legal, que se sitúa en los 1,6 milímetros. Esta condición supone un claro riesgo, ya que anticipa el «aquaplaning» y requiere al menos un 32% más de distancia para frenar que una goma cuya profundidad sea la correcta.
De las 26 ciudades inspeccionadas, Gijón, Madrid y Bilbao son aquellas donde los vehículos circulan con los neumáticos en mejores condiciones, mientras que dos capitales gallegas, Orense y La Coruña, y Las Palmas de Gran Canaria son los lugares donde peores resultados se han obtenido. Por lo que respecta a Europa, los datos finales son igual de preocupantes, ya que el 54% de los vehículos viajan con una presión en los neumáticos por debajo de lo adecuado y el 12% circulan en situación de «peligro inminente».
Pero una cosa es la realidad y otra bien diferente la percepción de los propios conductores, que en un mayoritario 94% dicen revisar de forma regular las gomas del coche. Esta contradicción, resalta el estudio de Bridgestone, pone de manifiesto el desconocimiento de los pilotos sobre el correcto control de la presión y el dibujo de los neumáticos.